Una de las tareas que llevamos a cabo en el proyecto SINERGEX es estudiar qué metodología de gestión ganadera y de manejo de los pastos favorece la conservación del suelo y permite aumentar la productividad. Lo hacemos mediante la observación de indicadores de calidad y salud del suelo.
Para determinar cómo es nuestro suelo, mediante su análisis en laboratorio, partimos siempre de la elaboración de extractos. El análisis químico de suelos requiere en primer lugar extraer, mediante una solución química (extractante), una fracción del elemento que queremos medir. Una vez hecho esto, podemos medir la cantidad solubilizada de ese elemento con el procedimiento químico adecuado.
Para ello se pesa la muestra, se añade el extractante correcto para cada determinación y se procede a su agitación.



Analizamos también en el laboratorio las propiedades fisicoquímicas más importantes: pH y conductividad eléctrica (Ce).

Y determinamos el contenido en materia orgánica, que es muy importante para verificar la aptitud productiva del suelo.

También analizamos propiedades bioquímicas, concretamente algunas enzimas (glucosidasas, catalasas, ureasas y fosfatasas), con el fin de ver la capacidad de estos suelos para albergar vida y determinar qué microorganismos se encuentran en mayor o menor medida en unos sistemas de gestión con respecto a otros.
Para ello primero hay que incubar los suelos a 37ºC en agitación.

Posteriormente se realizan las determinaciones para estimar la cantidad de enzimas en cada suelo asociada a los distintos tratamientos.




Los microorganismos son un componente clave porque regulan los ecosistemas y transforman la materia orgánica en nutrientes. El estudio de los cambios que sufren con los mecanismos de gestión del ganado es importante para entender cómo los distintos sistemas de gestión pueden aumentar o reducir la fertilidad del suelo, la producción de pastos o la salud del arbolado, ayudándonos a entender cómo los ecosistemas responderán al cambio ambiental.
El suelo es un #CRIPTOSISTEMA#, esa parte que no se ve, por eso los estudios a un nivel «micro» nos ayudan a entender los cambios.